domingo, 2 de agosto de 2009

Una de Hutchence

Me siento desvastada, pero no hecha mierda.Elegantemente desvastada.

Ayer me dijo alguien que parecía una chica de París.Y ese alguien fue las persona que más admiro desde que tengo razón de mi femenina existencia. Ante tan halagadora observación, desvié el tema haciéndome la superada. Lo último que me quedó de él, fue mi mano tomando la suya, áspera y masculina, en una forma rápida de decirnos "chau".
Que hermoso fue escuchar su voz rasposa en vivo y en directo y hablándome a mí. Que hermoso fue verlo tan él. Que placer tan humano fue verlo de repente vulnerado.

Será que también soy avasallantemente humana de vez en cuando.

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